domingo, 6 de noviembre de 2011

Capítulo II - Año Uno.



Capítulo II


15 de agosto – 08.00

Me despierto con un dolor en la sien horrible, con la luz del sol cerniéndose sobre mi cabeza.
Llevo toda la noche inconsciente y lo primero que recuerdo es  que iba a decir a Angelo que le quiero cuando… ¡Oh, NO! Tengo que Intentar levantarme con toda la fuerza de voluntad que me sea posible. Al impulsarme con las manos sobre el suelo, noto algo blando y mojado debajo de mis pies, me giro para ver de qué puede tratarse y…lo recuerdo todo: los cuerpos lánguidos en la orilla de la playa, yo sintiéndome como una mierda, Angy cogiéndome en brazos y… aquellos hombres alejándole de mi y dejándome moribunda allí, alrededor de otros cientos o miles de personas.
Me está entrando el pánico.
-          Isabella, tranquilízate, piensa con claridad, respira hondo, esto no puede estar pasando, si te viera Bruce…- ahora si que me he quedado quieta-.
Al acordarme en mis padres, me acuerdo de mis hermanas y de los abuelos de Angelo..
Tenía que ir a casa, asegurarme de que todos estaban bien. Bruce y mamá sabrán que hacer. Mientras me alejo de la playa cubierta de cuerpos y me voy acercando al paseo marítimo, me doy cuenta de lo silencioso que esta todo, cuyo único sonido son las olas al chocar contra las rocas. Hay cuerpos esparcidos por toda la playa, lo que más me sorprende es la falta de presencia por parte de médicos, o de las autoridades, cualquier persona viva.Es realmente extraño. Me asusto y hecho a correr, solo son 15 minutos del paseo marítimo a casa, pero aun así me canso rápidamente, y cuando llego a la puerta de casa, noto como me arde el pecho y la garganta, del excesivo esfuerzo que hice.   Tengo las llaves en el bolsillo, pero no hacen falta porque la puerta está abierta.
-          -¿Mamá?, ¿Bruce?, ¿hay alguien en casa? -Vale, deben de estar dormidos, no les ha pasado nada, seguro…-.
Tengo un mal presentimiento. Mi casa tiene un pasillo a la derecha del hall, que te lleva a las habitaciones y otro a la izquierda que te lleva al salón, a la cocina con su respectivo patio y a una puerta trasera. Entro en todas las habitaciones sin encontrar a nadie. Solo me queda el salón, voy corriendo a él, por lo que no veo lo que hay enfrente de mí, hasta que ya he tropezado y me he comido el suelo con la cara.
-¡Joder!, pero, ¿con qué narices he tropezado…?.
No sé con qué he tropezado, pero lo que si veo es el pelo rojo y rizado de mi hermana Alba, tirada en el suelo, tan blanca como la nieve.
-          ¡Alba!¡Alba!¡Despierta!.-la zarandeo, sin resultado alguno-, no puedes estar muerta, tu también no, por favor… Alba no me dejes, ¡Alba!
Ella esta muerta, lo sé, solo que no puedo creérmelo. La contemplo, por última vez, y me viene el recuerdo de aquella vez que estábamos Angy y yo en mi habitación, apenas hace unos meses, y ella entró sin llamar a la puerta, como una loca.  
                                                           *  *  *
-          ¡ Anabellaaaa!.....
-           ¡ Cuántas veces tengo que decirte que llames a la puerta!
Ya le estaba cogiendo del codo cuando me di cuenta de cómo iba vestida. Su pelo rizado y  rojo, salvaje como ella misma, suelto; Llevaba puesto mi vestido rojo, el que usé la pasado Nochevieja, le quedaba genial, eso tengo que admitirlo, y no fue eso lo que me puso de mal humor, fue ver cómo le estaba mirando Angy.
-          Te queda muy bien ese vestido Alba.- Le dijo esto mientras mi sonrisa, se la dedicaba a mi hermana pequeña- No sabía cuánto habías crecido, pero cada día eres más guapa, pequeñaja.
Mi hermana se puso como un tomate, y yo también, solo que por causas totalmente diferentes, ella por coqueteo, y yo por celos.
Que con apenas 14 años, mi hermana pequeña, hubiera coqueteado más con Angelo que conmigo, fue indignante. Debió de ver mi tristeza, porque cuando se hubo ido Alba, pasó algo que nunca olvidaré, no por qué dijo, sino por la forma en que me miraba cuando me lo dijo.
-          ¿Sabes Bells?, no te he visto ponerte tan colorada, desde el primer día que te vi, a ti y a tus preciosos ojos gatunos. Pensé que eras un ángel, ahora sé que no es así.
Parecía enfadado, pero yo solo me puse más roja de lo que estaba.
-          -Así… que pensante que era un ángel. ¿EEH?
Nos estuvimos riendo durante 10 minutos.
 Le quería tanto. Y ahora, abrazando a Alba, viendo que en la habitación también estaban Bruce y mamá, supe que estaba sola. Ahora me tocaba descubrir qué había pasado, dónde estaban Ariel y Angelo, y cómo iba a arreglármelas sola.
Estuve llorando durante más de 2 horas, a eso de las 10:30  me desperté, y ajena a los cuerpos de mi familia, puse la televisión, quería saber que ocurría, por las noticias, algo, lo que fuera, pero sin éxito.
Probé con la radio de la cocina, y tuve suerte. Estaba hablando una mujer.

 Estamos en alerta roja, todos los oyentes, no salgan de sus casas, cierren ventanas y puertas, si han tenido contacto directo con cualquier persona enferma, aléjense de ellas y pongan un pañuelo rojo en la puerta principal, si no han tenido contacto, un pañuelo blanco, y bajo ningún concepto, salgan a la calle. No hay que entrar en pánico, pronto todo se habrá resuelto…Estamos en alert..

Apagué la radio. Yo estuve en contacto directo con personas enfermas, estuve en contacto directo con personas MUERTAS.
No puedo permanecer en casa, tengo que salir de aquí. Tengo que buscar a Angelo y a sus abuelos, dado que no se encuentran en casa.
Si lo que me pasó ayer, fue a causa de este…virus, ¿por qué yo sigo viva?, ¿de dónde procede este virus?, ¿y los abuelos de Angy?.
Y otro pensamiento se formó en mi cabeza…

…¿Me estaré muriendo?.

1 comentario:

  1. Yo también te sigo ya! espero que puedas darle a el boton de seguir en mi blog, me gustaria que salieses, me ha gustado mucho el capitulo II. Besos!! :)

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