domingo, 20 de noviembre de 2011

Mitad Capítulo 4


Isabella

Me había quedado dormida sentada en el coche, cuando un ruido hueco, como de aire saliéndose, me despertó sobresaltada.
-          ¿Qué ocurre?- Pregunté asaltada.
-         -¡Joder!, ¡se ha pinchado una rueda del coche!- Dijo exasperado, mientras soltaba un largo suspiro.- Creo…creo que nos toca terminar el trayecto andando, Isa.
-          Por favor, llamame Bella – Odio cuando me dicen Isa- Vamos a necesitar comida y sacos de dormir, no pongas esa cara- Me estaba mirando de manera desconcertante-, Supongo que no querrás dormir sin nada para arroparte, ¿verdad?
-        No, supongo. Pues vamos, tenemos que darnos prisa si no queremos que nos anochezca antes de tener todo preparado para seguir adelante.

Yo le expliqué que había un desvío el cual te llevaba a un Decatlón e Ikea, en este primero  se encontraba todo lo necesario para el viaje: mochilas, botas de montaña, agua, tiendas de campaña, sacos de dormir, etc. ; y en el segundo, Ikea, que era una tienda gigante de todo tipo de muebles, donde más tarde dormirías allí.
Al salir de este, vimos que ya estaba anocheciendo, por lo que nos fuimos directamente a Ikea. Tenía miedo de poder encontrarme allí a personas fallecidas, pero lo extraño de ello, fue que no había nadie dentro. Estaba completamente vacío e iluminado.
Dado que estábamos cansados de caminar, nos dieron igual estas rarezas, y entramos.
A medida que nos acercábamos a la parte de las habitaciones, fui recordando conversaciones que había tenido con David antes de aquel desafortunado “accidente”.
¿Qué había querido decir con eso de que él era el virus?, ¿de dónde viene?, ¿Por qué estamos nosotros vivos? Me hacía todas estas preguntas una y otra vez, sin tener la suficiente valentía como para preguntárselas. Al podo tiempo encontramos unas camas de matrimonio para poder dormir, yo, está claro, me negué, pero él insistió, con la escusa de que aunque fuese verano, por la noche hacia frio, y ese lugar, no tenia calefacción, por no decir, si hubiese más gente como nosotros, es decir, viva, no sabíamos qué tipo de gente podía ser, por lo que era más seguro dormir juntos.

Llevaba un rato dando vueltas sin poder dormir, cuando fue David quien habló.
-¿Qué te pasa?, ¿por qué das tantas vueltas?
-Nada, es solo... ¿qué querías decir antes con que tú eres el virus?- Nada mas decir esto, me di cuenta de que había estado conteniendo la respiración-
-No creo que sea el momento.
-Pues yo creo que si lo es. –Me estaba enfadando. ¿Cómo que no era el momento?
- Te estoy diciendo que no es el momento, y lo intrigante no es que yo sea el virus, si no que tú sigas viva.
-Ya…y supongo que tu sabes por qué sigo viva, pero no es relevante, ¿verdad?- me incorporé- Porque no sé si te has dado cuenta de los millones de personas que han muerto, y tu coges y me sueltas, que eres el virus. Qué es esto, ¿Una clase de broma estúpida y cruel?, no sé quién puede hacerle gracia todo lo que está pasando. Parece que no has perdido a nadie. ¿No tenias padres?, ¿amigos? , ¿ALGUIEN?, porque yo sí. Eres un enfermo, estas solo y no tienes corazón. Mañana seguiré mi camino yo sola. Hasta mañana.

Al amanecer de ese dia, hice como había prometido. Me disponía a salir por la puerta, cuando él apareció.
-          ¡Bella!, ¡espera!- Me di la vuelta para hablar con él concorde el se acercaba a mi- Yo no quise ofenderte anoche. Y no te has equivocado  con lo de mi familia, no tengo padres, soy huérfano, murieron hace unos años. Pero tampoco te estoy mintiendo, ni riéndome de ti Bells, yo soy el virus, y si no me equivoco…tú debes de ser inmune a él, es la única explicación que veo posible. Y necesitas mi ayuda, te lo aseguro. Como ellos te encuentren…y vean que eres inmune, que no estás muerta…harán que lo estés, de ello estoy seguro.
-          ¿Por qué?, no lo entiendo, y a ti también te querrán muerto entonces, supongo. Y me conoces de hace apenas 24 horas, ¿por qué querrías ayudarme siquiera?, no me conoces.
-          Tienes razón no te conozco, pero quiero ayudarte, no sobrevivirás sola más de 24 horas, te lo puedo asegurar, porque yo he vivido en la calle, y no es nada fácil. Quiero ayudarte y, aunque ahora no puedo decirte cuál es la razón, te prometo que conmigo estarás a salvo, y más adelante, cuando estés preparada, te responderé a todas las dudas que te ronden por la cabeza.

Mi única respuesta fue un asentimiento de cabeza, no tenía ganas de hablar, aunque no me fiaba de él, no me quedaba otra que aceptar su propuesta, dado que tenía razón, no iba a durar sola más de dos horas… Por lo que estuvimos discutiendo y decidimos proseguir nuestro viaje hacia Aguasalada, la cual se encontraba a escasa distancia.
No volvimos a dirigirnos la palabra en todo el resto del viaje. Llegamos al pueblo unas horas después, sobre las tres o así, empezamos a divisar los carteles publicitarios que se encontraban en la entrada del pueblo. Tampoco había nadie, no es algo que no me había imaginado ya antes, pero tenía la mínima esperanza de encontrar a alguien vivo, alguien como nosotros, o al menos como yo.  Vi un cartel de la colonia Kenzo, y me acordé de Angy, aquella vez en la que se reía de mi porque me había puesto “excesiva” colonia, según él, para tapar mi mal olor… si el supiera que en realidad me la ponía por él…

                                                                 * * *

Estábamos en su habitación, la cual es de un color azul oscuro, es bastante grande y alargada, al lado de la puerta tiene una mesa de estudio que llegaba hasta el armario, un armario gigante. Angy siempre le ha gustado ir a la moda, por así decirlo, y tiene un armario descomunal, tipo película americana, que parece del tamaño una habitación. La cama está enfrente de la mesa, y es donde nosotros estábamos, repasando el examen de Geografía que teníamos al día siguiente. El se inclinó y me olió el cuello, produciéndome un escalofrío. A veces pienso que lo hacía adrede.
- ¿Qué es ese olor?- me dijo esto, aguantando la risa.- ¿te has puesto colonia? A ver, cariño, ¿cuántas veces te he dicho que es bueno ducharse al menos dos veces a la semana?, la colonia solo mezcla el mal olor, y luego es peor…
-Imbécil- intenté darle una cachetada, pero él la esquivó mientras se reía de mí-.
- ¡Es de Kenzo!, ¿no estarás intentando seducirme, verdad Bells?
* * *


Continuará….

No hay comentarios:

Publicar un comentario